jueves, 31 de agosto de 2017

Reseña: Zapatero a tus zapatos


Sin ir más lejos diría que esta es una de las películas más dedicadas de Adam Sandler, quien ya nos demuestra en esta un estilo más maduro de humor a cargo del director Thomas McCarthy, quien también ha participado de películas como UP!
Es de destacar la sencillez de esta película, la cual muestra con igual importancia a sus múltiples personajes, contándonos de forma entretenida e imprevisible en ocasiones como el reparador de calzado, Max Simkin, logra vivir la vida de otras personas con sólo calzarse sus zapatos.
Lamentablemente la mayor sorpresa de esta historia se vuelve totalmente previsible al final del relato, sin embargo esto también nos deja a nuestro haber una lección mucho mayor, y es que a veces buscamos demasiado y dejamos de vivir y experimentar, y es que a veces con un poco de empatía y riesgo podemos tener enseñanzas que nos ayuden a sobrellevar mejor la vida misma.

Una preciosa película sin miedos a los estilos más foráneos, prescindiendo de los moldes establecidos por las grandes industrias…hermosa, llenadora y totalmente recomendable.

Reseña: Invocando al demonio


Esta película de terror es la ópera prima de David Jung, un director y guionista con poca experiencia en el medio. En esta obra Jung nos cuenta la historia de Michael King (Shane Johnson), un hombre felizmente casado que pierde a su esposa por el mal concejo de una “adivina”, razón por la cual inicia una travesía por descubrir la existencia de Dios y el Diablo, aventura que lo llevará a la locura por su osadía para con lo desconocido, sin embargo, como muchas películas de terror de última generación, resulta ser un tanto pretenciosa y predecible, abusando del montaje de shock para producir susto en los espectadores, sin embargo se pueden rescatar de esta obra que el uso de elementos juveniles, como el lenguaje del video, los recursos teatrales y elementos propios de los creepypastas en la web lo vuelven una obra entretenida para que la gente de no más de 35 años.
Durante la corta historia de esta película, que dura menos de 90 minutos, nos encontramos con errores de guión inclusive como la motivación del protagonista: Por la muerte de su esposa al ella seguir los concejos de una mujer que le lee la carta astral decide... ¿Desenmascarar a demoniólogos y sacerdotes? O nos muestran al personaje pasando por múltiples “maestros de lo sobrenatural” ¿Y pretenden que sea una sorpresa cuál de ellos fue el responsable de lo sucedido con el personaje? O cuando su mujer va a poner la moneda en el parquímetro... ¿Lleva una cámara y la mano con la moneda frente a ella como si fuera un videojuego? ¿Y además cruza la calle sin motivo siendo que, primero, nos muestran el parquímetro muy cerca de ella en la otra vereda?

Uno de los elementos que podemos destacar de este film son las alusiones actorales al personaje interpretado por Jack Nicholson en “El resplandor”, lo que se convierte en una agradable sorpresa de vez en cuando durante “Invocando al demonio”, pero eso se convierte tan sólo en una eventualidad, pues en definitiva este es uno de esos films de terror que no te dejan tembloroso ni cuestionándote la existencia misma como ocurre con otros de mejor manufactura, sin embargo es una película entretenida para saltar del asiento y reír en una tarde de pintas con los amigos.

Reseña: El club de los incomprendidos


Hace treinta años, cuando los muchachos se dividían en las escuelas como “cool” y “nerd” una película cambió la perspectiva de muchas personas, proyectando con más detalle la verdadera fauna adolescente presente en los colegios, esta fue “The Breakfast club” de John Hughes, quien ayudó a aumentar la perspectiva de la gente y, a la vez, permitió a los jóvenes identificarse con sus personajes. Hoy en día muchas obras logran abarcar esos aspectos, sin embargo la saga de novelas de Blue Jeans revivió al Club de los cinco, profundizando en ellos y modernizando los modelos, acercándolos a los jóvenes actuales.
No es de extrañar que la fanaticada del libro esté satisfecha con la película, pues es bastante fiel a la obra escrita, sin embargo creo que es importante el ser más exhaustivo a la hora de publicar obras adolescentes, y es que debemos comprender que esta es una época muy compleja de la vida en donde absorbemos la parte más fuerte de las enseñanzas de nuestra existencia, el tener obras base que nos ayuden a enfrentarla es esencial en esta etapa y considero que esta obra no logra abarcar lo que esta misma plantea.
En muchos momentos, durante la película, las motivaciones de los personajes son insuficientes, pareciendo a veces sus acciones demasiado rápidas en comparación al ritmo de la trama, provocando que las actuaciones sean bastante estériles, llegando a ser inverosímiles en algunos instantes. La trama se compone de dos triángulos amorosos, uno principal con los “chicos cool” y uno secundario con los “chicos nerd”; quizás sea por experiencias del propio autor o quizás sea por el poco tiempo dado a un desarrollo natural de ambas líneas argumentales durante la película, pero el triángulo principal nos resulta algo tosco y fantasioso, mientras que el secundario es mucho más fluido y enriquecedor.
Una de las cosas que más lamento es que, en estas obras post-modernas, solamente se nos muestre la insatisfacción de la juventud, respaldando sus comportamientos irresponsables y sus inestabilidades, entregándoles enseñanzas difusas, muy pocos valores y, finalmente, empujándolos a un individualismo sedentario. Ejemplo de esto es este film, que en muchos instantes toma con liviandad las relaciones riesgosas, las infracciones a la ley, la infidelidad, la dignidad y la vida sexual adolescente, no siendo un buen aporte a enfrentar esta clase de decisiones para los jóvenes. Sin ir más lejos debo decir que el triángulo amoroso secundario pudo haber existido por sí sólo y hubiera significado mucho más en pantalla o en los libros, pues dejaba muchas más enseñanzas, tenía muchas más sorpresas y trataba temas mucho más profundos como la homosexualidad o la pedofilia. El dejar esta trama en segundo lugar creo que es un mal tino editorial, pues es el gran fuerte del libro y de la película.
Necesitamos más obras juveniles que les enseñen sobre su inteligencia emocional, sobre estructuras cívicas, sobre problemas reales, camuflados inclusive en las más entretenidas fantasías, como resultaron ser en su momento “Harry Potter”, “Chicas pesadas”, “Doctor Who”, “Las 10 cosas que odio de ti”, “El club de los cinco” o ahora lo son “Los juegos del hambre”, “Glee” o “Divergente.”
Si los jóvenes se identifican con “El club de los incomprendidos” es básicamente porque no les estamos mostrando que nosotros también fuimos parte de ese club, pero que descubrimos que todos tenemos alguna particularidad y que debemos aprender a vivir con ella sin apartarnos de la sociedad, que en el fondo la aceptación viene con la comunicación, que es nuestra gran falencia actual para con nuestros adolescentes.

Debemos ser más responsables de lo que le entregamos a estos jóvenes y no simplemente querer ponerlos frente a una pantalla para que no molesten o creer que si están leyendo es bueno, sin importar realmente qué tienen ellos en sus manos para leer…recordemos que ellos son nuestro futuro, si no compartimos con ellos nuestro conocimientos y dejamos que sean guiados por cualquier cosa ese futuro estará sencillamente perdido. 

Reseña: Escobar, un paraíso perdido


Como ocurre muchas veces el título original de una película dice más de ella que las traducciones, este es el caso de Paradise Lost (Paraíso perdido), ópera prima del actor Andrea Di Stefano, pues nos presenta en su película (traducida Escobar para Chile) la perspectiva del paraíso natural al que llegan Nick (Josh Hutcherson) con su hermano Dylan (Brady Corbet), el cual progresivamente comienza a contrastar con la realidad social de Colombia en esos años, cuando Nick se enamora de María (Claudia Traisac), sobrina del famoso traficante Pablo Escobar (Benicio Del Toro) todo cambia en sus vidas. El “paraíso” de estos muchachos se pierde ante el infierno poblado de sangre y droga de Pablo Escobar, atrapando cada vez más a cada uno de los participantes de la trama.
Destaca tremendamente la forma en que se narra la historia de este reconocido personaje, pues nos muestra su lado más humano, la ayuda a los pobres, el compartir con su familia, sus oraciones a Dios, sin embargo comenzamos a ver con suma sutileza su lado más oscuro, en donde manipula a su familia ordenándolos como si fueran piezas de decoración, en donde la vida humana es un factor sacrificable para su beneficio propio...en donde él se considera al mismo nivel que Dios en una sociedad sumamente católica. El pasar así de un aspecto a otro le da tal profundidad al personaje que lo convierte en un ser aún más escalofriante que el caricaturesco traficante rodeado de prostitutas que solemos ver en televisión, como en la teleserie del mismo personaje El patrón del mal. Esta visión de la obra, complementada con la actuación de Benicio Del Toro, hacen de esta representación de Pablo Escobar un ser único y notable, por sobre los demás que hemos visto.
Desde sus inicios la narración cada vez se vuelve más intensa, permitiéndonos pasearnos por toda clase de profundos sentimientos, acompañando esta narración con una excelente fotografía que intercala planos suaves, bien compuestos y armoniosos para describirnos “el paraíso de Colombia”, para luego incrementar la progresión de la trama con cámaras en mano y focos extremadamente selectivos, aislando al personaje de su entorno y mostrándonos así su confusión y dolor. En un par de ocasiones existen problemas técnicos tales como saturación en pistas de audio o cambios bruscos de registros dentro de una misma escena, sin embargo estos problemas menores sólo ocurren un par de veces y, fuera de ser un tanto molestos, no se convierten en ninguna complicación para comprender a cabalidad la historia.

En definitiva, si se quiere aprender realmente sobre la mente de un hombre como Pablo Escobar, recomiendo totalmente esta película, la cual elimina la perspectiva del “turista en busca de droga y sexo” y nos muestra el lado más profundo del alma humana en esas circunstancias. No me extrañaría que, con el tiempo, Escobar se convirtiera en la principal postal de los oscuros tiempos de este hombre y sus coterráneos.

Reseña: Still Alice, la sombra de un recuerdo


Siempre que hablamos sobre los logros que deseamos tener en la vida menospreciamos lo físico, aduciendo que la belleza y la juventud son efímeras y superficiales y destacando los estudios y los logros familiares…aplausos y recuerdos. Pero cuando se cultiva la mente obviamos algo sumamente importante, el que esta también es una masa física, que con sus neuronas y sinapsis permiten el que nosotros seamos lo que somos y que, así como la movilidad de una extremidad se puede perder con un golpe, nuestra mente puede esfumarse de la misma manera. Como se deteriora nuestra piel o nuestros órganos también se deteriora nuestro cerebro. Y también es así como un amputado puede encontrar múltiples soluciones para enfrentar los cambios en su vida, pero una persona con un problema en su percepción es, progresivamente, relegada fuera de la sociedad “donde no pueda molestar a quienes aún mantienen su cordura relativamente intacta.”
Una de estas enfermedades es el Alzhéimer y este es el tema tratado por Lisa Genova en su novela Still Alice, donde profundiza en el caso de una demasiado joven (50 años) doliente de esta enfermedad, la cual ostentaba una magnífica vida como profesora de psicología cognitiva en la Universidad de Harvard, mundialmente destacada experta lingüista, madre de tres maravillosos hijos y esposa de un hombre tan talentoso como ella, con el que ha compartido un mutuo y precioso amor. Alice, quien cultivó su mente y su vida, llenándola de logros y grandes expectativas, es quien se ve ahora bajo las garras del más cruel olvido.
Still Alice es llevada al cine por manos de Richard Glatzer y Wash Westmoreland, realizadores que vienen de los herméticos circuitos de los documentales televisivos principalmente, destacando sus labores como expositores de las minorías, como la comunidad de inmigrantes latinos y la cultura urbana de los homosexuales, lo cual hace aún más particular el trabajo de estos directores. Julianne Moore representa en esta cinta a Alice Howland, recibiendo por este papel el premio Bafta y el premio Oscar a mejor actriz en lo que lleva del año.
Una de las grandes facultades que tiene esta película es el mostrar la tragedia del Alzhéimer en primera persona y a la vez plantearnos lo pronto en que puede aparecer esta enfermedad, vemos la completa distorsión de la realidad de la protagonista por sobre la desdicha de su familia, elemento mucho más ampliamente llevado por otras obras, como Lejos de ella, El hijo de la novia o Iris. A través de elementos bellamente llevados, como cámaras en mano nerviosas, sonidos aislados y desenfoques que separan a Alice del mundo que creía conocer, nos trasladan por el estado de confusión y el verdadero drama del personaje, sentirse ajeno de su propia vida. Pequeños gestos comunes como olvidar una palabra mientras se recita una frase o el no encontrar las llaves, actos que no nos son ajenos a ninguno de los que nos consideramos en todas nuestras facultades, hacen que el entorno dude de Alice, aislándola cada vez más de la existencia misma y, a la vez, nos hacen preguntarnos cuantas veces nos habrá sucedido a nosotros lo mismo sin causar mayor alarma, sin embargo estos simples actos hacen que nosotros mismos dudemos del personaje.
Esta película nos lleva a preguntarnos el real valor de la coherencia y que tan apreciable es darle nuevamente ese don a quien lo perdió…el poder otorgarle un “claro que sí” a una tontería o desfachatez de quien ya no tiene más que eso en la vida, y más aún cuando la vida misma, con toda su memoria, se ha esfumado.
Los demás personajes que nutren la historia, interpretados por actores como Alec Baldwin y Kate Bosworth, presentan constantemente un clima de misterio, como si cada uno de ellos tuviera algo oculto ante los demás, secretos que nunca salen a la luz, permitiéndonos aumentar la empatía con la protagonista al sentir el que “hay algo que debería saber, pero no recuerdo qué es…” La única decepción es la actuación de Kristen Stewart, por quien se perdían muchos diálogos al escucharlos recitados de forma bastante plana y escueta, dificultando crear empatía con el personaje. El papel de Kristen, Lydia, tiene una doble complejidad, ya que ella representa la contraparte familiar de quien se liberó de los lazos, pero a la vez está dispuesta para luchar con la enfermedad de su madre y, por tanto, es un pilar fundamental para el desarrollo de Alice (Julianne Moore), sin embargo no le favoreció para nada estar junto a la actuación de Julianne, pues esto simplemente opacó más su trabajo.

Como siempre es necesario recordar “una crítica o una reseña es sólo un texto basado en una obra” y siempre es bueno ver aquellas obras, se diga de ellas lo que se diga, pues la opinión propia sólo existirá de la experiencia frente a la pantalla. Así que sólo me queda invitarlos a ver esta preciosa película, esperando que puedan descubrir no sólo el mundo frío y distante de quienes han olvidado todo, sino que también la necesidad propia de que no los olvidemos a ellos y, por sobre todo, espero que descubran un trozo de sí mismo extraviado entre las difusas calles de Still Alice.