miércoles, 6 de diciembre de 2023

Dar la cara

Es aquello que se pide cuando ocurre un crimen, un desfalco o simplemente un error: dar la cara. Un epíteto potente que minimiza a quien está bajo juicio, sea culpable o no, y lo insta a hacerse cargo de sus acciones. Bien sabemos que en los casos llevados a juicio, sobre todo los apuntados que poseen poder, tienden a esconderse tras sus posibilidades, por tanto "dar la cara" pasa de una inquisición a una súplica para que ellos salgan de sus caparazones de oro y enfrenten la justicia como todos los demás. En estas realidades civilizadas el concepto "dar la cara" es algo completamente positivo, relacionado a un equilibrio moral y social necesario para nuestra adecuada convivencia; sin embargo existen sociedades en las que el escaso nivel educativo y las adicciones han provocado que, quienes exigen que otros "den la cara", sean solo matones insensatos que desean tener un rostro al frente para ignorarlo, amenazarlo y golpearlo, aunque no existe una razón real. Graficaré la situación para que se entienda mejor.

Hace un tiempo llegó al lugar al que habito una perra callejera que era dulce con unos y agresiva con otros: varios vecinos pedimos que, si alguien deseaba adoptarla, que entrara al animalito a su casa para que no estuviera en el lugar de tránsito de todos; un miembro de mi familia, quien tiene una enfermedad grave que no le permite estar cerca de los perros, les pidió amablemente a la comunidad por escrito que buscaran un hogar para la perrita y así evitarse entuertos. Resultado: una mujer rabiosa golpeó nuestra puerta para que "diéramos la cara" ante la petición de buscarle un hogar a la perrita, amenazándonos con una golpiza por parte de su hijo mayor, pues ella alimentaba al canino, aunque no la admitía en su hogar (qué irónico). Aquella mujer resollante e ignorante, incapaz de hilar palabras coherentes, furiosa por la idea difusa de que estaban pasando por encima de ella o quizás qué (imposible entender a una criatura así). La calma fue nuestra amiga en aquel momento, pero era imposible quedarse impasible del todo cuando una vecina nos amenazaba de aquella forma tan solo por no saber entender lo que había leído, y que (volviendo al punto) exigía que "diéramos la cara" cuando era ella la que estaba haciendo algo malo. Finalmente la perrita atacó a un perrito de la comunidad y luego fue adoptada lejos del lugar.

En el barrio de la ignorancia estas cosas pasan todo el tiempo, la falta de educación y el consumo de estupefacientes, alcohol y tabaco hacen que estas personas ni siquiera sepan cuándo ni con quién deban enfrentarse, así que a la mínima idea de provocación (muchas veces inexistente) atacan a quien sea que tengan cerca, aunque nos son tontos: cuando es alguien más fuerte que ellos ladran a través de la reja, pero si saben que es alguien más débil, carente, enfermo, viejo, pequeño, etc. no tienen problemas en ir y exigir "dar la cara" a quién no tiene pito que tocar en la situación, como cobardes que son.

Otro caso se dio de forma más reciente: una vecina indicó que le habían robado las piezas de una bicicleta, nosotros mencionamos que habíamos visto a un niño desconocido en el sector. Al poco tiempo otro vecino apareció bufando en nuestra puerta, disque porque estaban acusando a su hijo de haber realizado un robo, a lo que respondimos que conocemos a su hijo y no era él a quien vimos. Nuevamente salió con que "diéramos la cara" en lugar de hablar de forma pública sobre lo que habíamos visto, tal como se deben hacer las cosas (estas personas tienen la moral y la ética al revés). Resoplando, se puso a explicar como funcionan las bicicletas, en un intento desquiciado de sacar de encima de su hijo una acusación que no existía. Echando el cuerpo encima, se vio enfrentado a la calma y la razón, pero claramente su intensión era resolver de forma física un problema que solo estaba ocurriendo en su cabeza.

Es muy estresante vivir en un entorno así, donde una mirada o un "buenos días" en un momento inadecuado puede significar una amenaza de algún acuerpado ignorante que cree que alguien le debe "la cara" por un agravio que ocurre solo en su mente, nublada de humo de cigarro o de algo menos legal. Muchas veces, cuando vemos en las noticias esas historias de rencillas y venganzas atribulantes ocurridas en sectores empobrecidos de la ciudad, debemos considerar que hasta cierto nivel aquellos problemas se deben a la confusión generada por la educación escaza y el estupefaciente fácil, y que quien termina con una bala en el cuello o un cuchillo en el costado no es necesariamente alguien que realizó un desaguisado, sino que pudo ser alguien que, simplemente, dijo o hizo algo que se interpretó desde la distorsión mental de una persona que le exigió "dar la cara"...por nada.