martes, 25 de octubre de 2016

Carta abierta a la comunidad evangélica

Estimada comunidad evangélica:

A días de celebrar una nueva Noche de Brujas nos volvemos a encontrar con una oleada de campañas "anti-halloween" poblando nuestras ciudades y redes sociales. No contentos con estas campañas además, en muchas multitiendas, ya han puesto la decoración navideña, saltándose la de Samhain (Halloween). Todo este movimiento nos hace tener el siguiente cuestionamiento: ¿Por qué este odio tan acérrimo a esta festividad? Ante esto escuchamos los argumentos de su comunidad, los cuales nos parecen bastante particulares. El primero es que "esta noche está asociada a rituales satanistas y asesinatos, así como a la muerte"; lamento mucho informarles que la mayor taza de suicidio ocurre durante Navidad y día de San Valentín, días dedicados a cualidades "positivas" como el amor y la familia, en donde quienes no poseen estas cualidades en sus vidas las resienten y deciden acabar con su existencia, actos muy tristes que nos recuerdan que debemos mejorar como sociedad. Por otro lado, cuando se trata de asesinatos, nos acercamos a una época de total chilenidad más que a la Noche de Brujas, las Fiestas Patrias, en donde personas alcoholizadas provocan muertes a destajo por toda la extensión de nuestro país, pues tenemos muy enraizada la cultura del alcohol en nuestra sociedad, lo que también supone la necesidad de cambios. Por otro lado esta festividad es celta, por tanto no puede ser satanista ya que esta cultura es pretérita a los cristianos y por tanto a este personaje, por lo cual esta no consiste en alabar a Satanás, personaje que nunca a sido parte de la cultura celta, sólo estando presente en las religiones de base Cristiana o Judaica. Otro argumento que usan bastante a menudo es que "no es una fiesta chilena" y debo decir que tienen razón, así como tampoco lo es Navidad, la Asunción de la Virgen, San Valentín, el Día de la Madre, etc. Podemos acusar esta como fiesta extranjera, pero también debemos comprender que en un estado de globalización e interculturalidad, como es el actual hace ya varios decenios, la adopción de religiones, fiestas y tradiciones es propio de la humanidad misma, por tanto esta, como todas las otras festividades en nuestro país, es obra de la apropiación y adaptación cultural, algo para nada negativo, que desde hace años a permitido el surgimiento de cosas muy entretenidas e interesantes, como las Diabladas en el norte de nuestro país o las fiestas Navideñas comunitarias en México. Otro argumento que me parece una falta de respeto para el resto del país es que "no le gusta a Dios", en primer lugar esto ataca a la pluralidad de culto que es protegida constitucionalmente desde hace más de un siglo, pues trata de avasallar al resto de los creyentes de todas religiones o no creyentes con la imagen de un sólo Dios, perteneciente a un culto exclusivo, sin considerar a sus propias imágenes religiosas o inexistencia de estas. Esta práctica es discriminatoria y pasa a llevar a todos los demás ciudadanos de nuestro país, pudiendo ir inclusive contra la Ley 20.609, así como el artículo 5° de la Constitución de 1865.


Imágenes difundidas por comunidades religiosas
cristianas a través de internet

Dejando claro estos puntos creo que ya es el momento de explicar algunas cosas. En primer lugar esta fiesta es una fiesta Celta, pueblo existente desde la Edad de Hierro, con una cultura mucho más antigua que el mismo cristianismo, los cuales fueron llamados "paganos" cuando la iglesia Católica se estableció definitivamente en el poder europeo. La Iglesia, en búsqueda de que los practicantes de esta cultura se convirtieran en feligreses, llenando así aún más las arcas cristianas, decidieron adoptar políticas que les permitieran acercar a los paganos, entonces la Iglesia tomó la decisión de adoptar estas fiestas, pero modificándolas a conveniencia para que tuvieran un aspecto más "cristiano". Las dos fiestas principalmente afectadas por este ultraje fueron la Noche de Bendición y el Samhain. En el caso de la Noche de Bendición era una fiesta dedicada al paso del siguiente año, en donde la gente decoraba la casa pidiendo abundancia con adornos de pino y muérdago y todos se reunían para celebrar el estar juntos un nuevo año, entonces los católicos implantaron que, en ese día, había nacido Cristo y le cambiaron el nombre a Navidad, nombre relativo a la "natividad", es decir el nacimiento. El caso del Samhain fue un poco más complejo, esta era una fiesta de cosecha mucho más antigua en donde la gente se disfrazaba para asustar a los fantasmas y así evitar que los malos espíritus se comieran la cosecha y que provocaran desgracias, la Iglesia no pudo modificarla demasiado pues estaba muy enraizada en la gente, entonces decidieron agregarle dos días de fiesta más que se celebrasen en los camposantos, lugares sagrados para su religión, y llamaron a estos días extras el Día de Todos los Santos y el Día de los Muertos. Ante esta modificación se le cambió el nombre a esta festividad celebrada la noche del 31 de Octubre de Samhain a "All hallow's eve", es decir "víspera de todos los santos", en acto de quitarle importancia a esa noche y dejarla tan sólo como una "espera" a la festividad grande que era el Día de Todos los Santos, lo que con el tiempo degradaría en "Halloween", el nombre con el que muchos conocen a la Noche de Brujas, que es la latinización del mismo. Así los cristianos pudieron integrar estas fiestas y hacerse de más feligreses en aquella época medieval, y estas modificaciones se pueden apreciar hasta la actualidad.

Póster difundido en estaciones de metro
de Santiago de Chile

Desde mi perspectiva personal, y siendo descendiente de celta, debo decir que esta fiesta es una preciosa festividad, en donde nos reunimos con la familia, decoramos, nos hacemos disfraces y compartimos. Los niños se caracterizan, juegan y vemos películas de terror, siempre midiendo que sean adecuadas para cada edad. No buscamos hacerle daño a nadie, respetamos la fiesta original, pero siempre tratamos de no ofender a quienes no la celebran. Por todo esto considero una falta de respeto y una vulneración de nuestros derechos que algunos evangélicos estén haciendo estos movimientos de poco criterio y con argumentos tan paupérrimos como los anteriormente expuestos en busca de eliminar una fiesta que a muchos les agrada, la comprendan o no. Y lo que más me indigna es el echo que promulgaran su día de las Iglesias Evangélicas ese mismo día, pasando por encima de las costumbres de los demás. Creo que, así como se puede respetar el que decidan no celebrar esta bella festividad o que quieran celebrarla poniendo globos blancos y vistiendo a sus niños de ángeles (cosa que da mucho más miedo, pues me remite a la costumbre de vestir así a los niños muertos en el campo chileno), ustedes deben respetar a los demás y no apuntarlos con el dedo por celebrar una fiesta tan bonita y entretenida para los niños, que son los que más disfrutan estas fechas. Vivir en comunidad depende de todos, por favor no más violencia ni movimientos discriminatorios a quienes no son de su religión. Por favor no más...

Deseándoles una Feliz Noche de Brujas me despido,




Atte



Una celebrante más.